viernes, 27 de marzo de 2009

Si estas paredes hablaran.


Las paredes oyen. Escuchan lo que opina el panadero, segundos después de dejarte escapar, por Tucumán con el pelo mojado y el pan aún caliente en una bolsa de papel. Se enteran descascaradas y con manchas de humedad, de las ganas que disimula el hombre. Las de beber el vino más dulce. De tu espalda. Entre las sábanas de la imaginación.
Paran la oreja, las paredes. Y están todo el día atentas a los temas que retumban en la calle. La gente opina de muerte mientras esperan el 143, que no viene más.
Hay mañanas que no pueden aguantar, y también dan su opinión las paredes de la ciudad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lo unico que puedo decir es q vi cuando lo hacian! y si todas las cosas tienen su propio lenguaje y de alguna forman se expresan ,son nuestras voces q a veces se escuchan.-

julieta dijo...

me hacès acordar a esos nostàlgicos tangueros que lloran por el paredon, el almacen, el barrio...tu estilo va engordando, che, y me gusta mucho
Julieta