domingo, 22 de marzo de 2009

Vuelo UX 041


Finalmente, el boleto de Air Europa, coincidió con el almanaque. La maleta en el coche y el abrazo apurado en el portal. En la bufanda, el aroma a último café de este enero nevado.
Hablar de volver a casa, suena apresurado. Injusto. Porque los días fueron poblados de familiares, amigos y socios con abono de temporada. Gente porfiada en eso de hacerte sentir, cuando hay noches en que no hay mucho más que ofrecer, que esto que soy.
Vendrán horas en autovía hacía una Madrid en blanco y negro que se maquilla de luz de neón para otro viernes a la noche que va a empezar. Con conductores dejando atrás la rutina de la oficina, y acelerando hacía un abrazo que los salve de la crisis. Con un Barajas frío y lleno de gente. Que esquiva perfumes libres de impuestos y lagrimas en equipaje menor a veinte kilos. Colmado de miedos a volar y al futuro.
La azafata de película, me trata de señor y pregunta si necesito algo. “A ella”, confieso. Una Coca Cola y el periódico logran tranquilidad. Me duermo pensando solo y hablando con una pareja de ancianos ingleses. Desean conocer el sur.
Ezeiza no entiende de larga noche sobre el mar y me grita en la cara. Calor y humedad. Con el pasaporte en la mano, me río del tipo de migraciones. Se piensa que con un azul sello de entrada, va a demostrar que me fui durante un tiempo. Me río y pienso en la escritora francesa Yourcenar.
“¿A dónde huir? Tú llenas el mundo. No puedo huir más que en ti.”

1 comentario:

la despeinada dijo...

esa frase no la conocìa.
gracias, me la llevo
otra vez, julieta