domingo, 19 de septiembre de 2010

Primer Piso

Mitre 411

Cuando el solcito de la mañana, empieza a calentar sus cuerpos, ellas asoman al balcón. No se sabe con certeza si son primas o hermanas. Vecinas, quizás.
Abajo, los obreros de la oficina ganan la calle y se van a morir atrás de un escritorio. Entre folios, biromes que nunca funcionan y un teléfono. Recién planchados de pies a cabeza. Quizás, no vuelvan a sus hogares.
Ellas los piropean.
Si algún caballero se da por aludido y levanta la vista buscando el cuerpo de la voz, las tres se hacen las distraídas y miran para otro lado. Después se señalan una a la otra, con cara de sorpresa y se ríen a carcajadas. La pelirroja es la peorcita de todas, dicen las viejas. Siempre con uno distinto.
Todos van con la oreja parada por Mitre. Campaneando para arriba.

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