domingo, 26 de septiembre de 2010

Bienvenida


La primavera baila con pies descalzos por las veredas recién baldeadas de la ciudad.
Se ve en los basureros que abandonan sus puestos de trabajo en la calle, para besar colegialas en el día del estudiante. Pelo largo. Y falda corta.
El lustrabotas de Corrientes y Córdoba, dibuja margaritas en los zapatos de los tipos que entran al edificio de la Bolsa de Comercio. Cuando los clientes de corbatas italianas dejan de mover dólares por celular, se dan cuenta y no le quieren pagar. El lustrabotas artista y jardinero, les grita que pongan los zapatos al sol y los rieguen. Por la mañana y a la nochecita.
Un taxista apaga la radio. Apoya su codo en la ventana. Pide permiso y se prende un porro.
La estatua viviente renunció a su trabajo. No pasa más de cinco segundos en su pequeño altar, que empieza a reírse a carcajadas y abraza a todo aquel cristiano que pase caminando. Salen todos manchados de blanco, por Córdoba. Si alguien acerca una moneda, les invita con vino.
Hoy estoy tan seguro que vendrás a vivir esta primavera mínima, que ni el péndulo del reloj en la Torre de los Ingleses, se atreve a contradecirme.

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