domingo, 12 de septiembre de 2010

La huida

Teatro El Circulo, sábado 4 de septiembre.

Eco de último aplauso, y Serrano que abandonaba las tablas. Su sombra se hacía una, entre las sombras más oscuras que nacen en el futuro, en la incertidumbre o en la parte de atrás del telón de El Circulo.
Un técnico ganó la escena. Volvió a enfundar la guitarra, que todavía olía a pólvora. Otro, desconectaba luces y el sonidista robaba el último número de teléfono de la función, a una desprevenida rubia de fila tres.
Dos empleados de limpieza, caminan entre las butacas del teatro ya vació y en silencio. Iban y venían. Uno encontraba cosas. Una bufanda con perfume de mujer. Un par de anteojos. Un celular. El otro barría despacio. Silbaba. Se detiene ante un papel abollado. Apoya la cansada escoba sobre la pared y desparrama su cuerpo sobre la butaca 354. Extiende el papel sobre sus piernas. Eran los planos de una huida.

1 comentario:

José Mauro Cuberlis dijo...

El que se afano la bufanda fuiste vos?¡¡¡¡