miércoles, 23 de julio de 2008

Jueves.

Los restos del Imperial. Corrientes, casi Tucumán.

(…)El mundo entero es pasado por el cedazo de la industria cultural. La vieja esperanza del espectador cinematográfico, para quién la calle parece la continuación del espectáculo que acaba de dejar, debido a que éste quiere precisamente reproducir con exactitud el mundo perceptivo de todo los días, se ha convertido en el criterio de la producción. Cuanto más completa e integral sea la duplicación de los objetos por parte de las técnicas cinematográficas, tanto más fácil resulta hacer creer que el mundo exterior es la simple prolongación de que se presenta en el film (…)
Fragmento de”La Industria Cultural”, Adorno & Horkheimer


El viejo mandato de reproducir el mundo de todos los días, es el último estreno de la cartelera del cine Imperial. Cerrado por problemas económicos, o por lastima, hace ya unos veinte años, en su antigua puerta principal vive un mendigo panzón de pies descalzos y cabeza enrulada.
Corrientes, su tránsito y su vereda rota es, en si misma, la gran pantalla que ahora continúa con el espectáculo. No son muchos los asistentes que se detienen a mirar la función, o los que se preguntan que fue primero.¿El mendigo o el cine destruido?
Aquellos pocos que pagaron su entrada, comentarán al final del día, en el ascensor o en la cola del súper, la escena vista hoy. Dudarán sobre el final. No recordarán nunca, si fue en la calle, o en el cine. Quizás fue en ambas.



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